Editorial

Bueno saber! AGROGEL® elevada eficiencia y eficacia agronómica gracias a la lenta cesión natural: las curvas de mineralización

27/02/2019

Decimos a menudo que los abonos orgánicos de ILSA a base de AGROGEL® están caracterizados por una elevada eficiencia y eficacia agronómica ligadas a la lenta cesión natural del nitrógeno. ¿Pero cómo ocurre esto y cómo consigue ILSA medir estos procesos de cesión controlada del nitrógeno?

Los estudios conducidos han permitido destacar como es la actividad de los microorganismos presentes en el terreno para determinar la liberación controlada del nitrógeno presente en el interior de los productos a base de AGROGEL®. Además, gracias al estudio de cinética de mineralización, ILSA es capaz de controlar la transformación del nitrógeno orgánico, presente en los abonos que contienen AGROGEL®, en formas nitrogenadas utilizables por las plantas.


¿Qué son las curvas de mineralización?

Las curvas de mineralización expresan la cantidad de nitrógeno mineral, en forma de NO3 y NH4+, liberado por el abono en el suelo luego de los procesos de mineralización a cargo de las bacterias. Esta cantidad está expresada en ppm (partes por millón), mg/kg de suelo o porcentaje del nitrógeno suministrado con el abono objeto de estudio. Por lo tanto,expresan la intensidad con la cual los abonos nitrogenados se degradan a través de la oxidación y, en consecuencia, la velocidad con la cual el nitrógeno es puesto a disposición de las plantas. 

ILSA generalmente utiliza curvas de mineralización de tipo acumulativas, es decir, en cada intervalo de medición, se suma todo el nitrógeno liberado desde el principio del proceso. Esto permite representar de manera continua el desarrollo de la degradación del fertilizante en el tiempo.

Los distintos estudios conducidos han demostrado como la actividad de los microorganismos es afectada por diversos factores, entre los cuales es muy importante la temperatura del suelo: el mejor rango para el proceso de mineralización es de 25-30 °C; en cambio, cuando las temperaturas son bajas, la actividad de las bacterias reduce su velocidad fuertemente o se bloquea. Sin embargo, ha sido demostrado que la humedad del suelo no desempeña un rol fundamental en la actividad de los microorganismos; en la medida en que no se superen valores que vuelvan los suelos asfícticos, ésta no modifica de manera contundente la cinética de mineralización de los distintos abonos.


Fig. 1 - Curvas de mineralización en suelos abonados con Fertorganico y Fertil e incubados respectivamente a 5 y 23 °C



Fig. 2 - Efecto de la humedad (calculada como el 50-70 y 90% de la capacidad de campo) en la liberación del nitrógeno por cuatro distintas fuentes de nitrógeno orgánico: pellets de hierba médica (alfalfa pellets), urea, harina de sangre (blood meal) y deyecciones avícolas (chicken manure)



Los estudios conducidos han demostrado que aunque se varíe las cantidades de nitrógeno liberado y el tiempo de liberación, la cinética se repite de manera característica para cada tipo de fertilizante, ya que depende de la matriz que lo constituye y del proceso industrial.
Por este motivo los abonos orgánicos no son todos iguales: por ejemplo, abonos orgánicos, todos de origen animal, presentan cinéticas distintas según el proceso industrial y la matriz de origen (Fig. 3).



Fig. 3 - Curvas de mineralización de diferentes abonos orgánicos de origen animal



Lo mismo ocurre si observamos las curvas de mineralización de los abonos a base de AGROGEL®, respecto a un abono orgánico de origen animal (harina de sangre) o a un abono mineral (urea), se nota inmediatamente el destino diferente de los abonos en el suelo: mientras el nitrógeno de AGROGEL® es liberado en 12 semanas, en condiciones de laboratorio (humedad y temperatura constantes), el de urea y harina de sangre se libera respectivamente en una y cuatro semanas (Fig. 4).


Fig. 4 - Curvas de mineralización de AGROGEL®, urea y harina de sangre




En conclusión, las cinéticas de mineralización trazan el mapa de los procesos de degradación del nitrógeno de la actividad de los microorganismos del suelo, y demuestran la capacidad de AGROGEL® para garantizar:

  • Una elevada eficacia agronómica ya que todo el nitrógeno contenido en éste, así como el carbono, está a disposición del sistema suelo-planta y, por lo tanto, es capaz de permitir también un mayor desarrollo de los cultivos más exigentes como por ejemplo el maíz, manzano, peral;
  • Una elevada eficiencia del abonado ya que el nitrógeno contenido en éste se libera progresivamente en relación a lo requerido por todo el sistema suelo-planta, permitiendo, por lo tanto, una reducción de las cantidades distribuidas y también el número de intervenciones de distribución.


NOTA: La metódica de ILSA para las curvas de mineralización se base en una optimización del método de Stanford y Smith de 1972 ([9]), redactado por Benedetti en 1983 ([10]), desarrollado por el prof. Cavani del Departamento de Química Agraria de la Facultad de Agraria de Boloña.